Los tatuajes realistas implican un mayor grado de complejidad al dibujo, pero garantizan un resultado extremadamente impactante, al representar fidedignamente cualquier representación de la realidad. Como tener una fotografía en el cuerpo.

Los tatuajes realistas pertenecen a una estética de tatuaje que trabaja sobre la representación detallada y precisa de cualquier imagen o diseño sobre la piel.

Para lograr este fiel plasmado de la realidad, utilizo varias técnicas de sombreado y texturas, junto con el uso del color para crear una ilusión de profundidad y dimensión en la ilustración. Sólo así se logra un resultado lo más parecido posible a la imagen de referencia.

Características

• Detallados: detalles precisos y con un alto nivel de similitud a la realidad, aunque el resultado final depende del estilo propio de cada tatuador. Las sombras, luces y la perspectiva son fundamentales para conseguir un diseño realista sobre la piel.

• Temáticas generales: representación de imágenes de la realidad, como personas, animales, elementos de la naturaleza…

• Realismo a color: empleo de una variada gama de colores para poder crear una apariencia de profundidad y dimensión.

• Realismo black and grey: también se puede trabajar únicamente con tonalidades de negros y grises para crear ese efecto de profundidad en el diseño final.

• Técnica y precisión: esta estética de tatuaje es recomendada para profesionales especializados en el realismo, se requiere de una habilidad, técnica y una precisión excepcional para poder trabajar todos los detalles y conseguir un buen resultado.

¿Puedo usar este tatuaje para cubrir otro?

Como suele decirse, la vida da muchas vueltas, y quizás aquel tatuaje de juventud ya no parezca tan buena idea, aquel amor eterno del cual te tatuaste el nombre no resultó ser tan eterno o simplemente estás cansado de un viejo dibujo.

Porque pueden surgir todo tipo de circunstancias ofrezco un servicio de cover, o cubrir tatuajes.

Pero la cubierta de un tatuaje no es simplemente añadir tinta sobre tinta, implica un trabajo previo para encajar el viejo tatuaje dentro del nuevo, para que bien sea una extensión del antiguo, o camufle las características de este, hasta convertirse una pieza integral.

Supone, en definitiva, darle una segunda vida a ese primer tatuaje y vuelvas a lucirlo con orgullo.